«Niñas y niños leen el mundo con todos los sentidos y conocer nuestro entorno en contacto con la naturaleza es una experiencia que se transforma casi en un derecho humano.»

Leer en compañía de la naturaleza es algo que me apasiona, conocer un libro en un lugar placentero se transforma en una experiencia inolvidable. Cuando las infancias tienen el gran privilegio de estar en contacto con la naturaleza, tienen la posibilidad de vivir momentos únicos, conocer la verdadera textura del pasto o el aroma a los diferentes frutos, hace que las experiencias lectoras sean maravillosas.
Cuando nuestros bebés están conociendo el mundo, generalmente lo hacen a través de imágenes, pero cuando la imagen de la pera que vieron en un libro pueden tocarla, sentir su aroma, saber su peso y tamaño real y a esto agregamos poder saborearla, les hace crecer su imaginario de tal forma que cuando vuelvan a escuchar una historia donde aparezca una “pera” ya no solo imaginará una imagen verde, ahora sabrá todas sus características, y esa experiencia será distinta y mucho más significativa a cuando aun no la conocía.
Muchas veces olvidamos la importancia de estos momentos y caemos en la típica lectura tradicional, sin embargo tenemos que tener muy presente que nuestras niñas y niños leen el mundo con todos los sentidos y conocer nuestro entorno en contacto con la naturaleza es una experiencia que se transforma casi en un derecho humano.

Como adultos vamos olvidando las experiencias que tuvimos en nuestra infancia pero, ¿Qué tal si hacemos el ejercicio?, ¿recuerdan la primera vez que vieron algo que solo conocían por foto? por ejemplo, la primera vez que vi un alerce no podía creer que fuera real, era enorme, inimaginable al verlo solo en un libro, su aroma, su textura y de solo imaginarme que tenia miles de años me hacía sentir algo inexplicable, ese día quedó grabado para siempre en mi memoria, bueno los niños y niñas viven a diario estas primeras experiencias, y como adultos debemos darle la mayor cantidad de oportunidades de estar expuestos a la naturaleza. Y así también el vínculo creado nos hace cuidar y amar lo que sentimos nuestro. Como experiencia personal, leer cuentos o conocer libros en un ambiente natural hace que sea inolvidable por lo tanto el vínculo que se forma en ese momento entre el niño o niña, el libro y quien lo acompaña será mucho más fuerte y significativo que solo leer en casa.

No debemos tener miedo al invierno, hoy en día muchas familias viven apuradas entre el trabajo y deberes, y esto en invierno hace que nuestro tiempo para estar en contacto con la naturaleza se reduzca, pero una salida pequeña a conocer la lluvia y sentir por primera vez el petricor, ese aroma exquisito cuando la tierra se moja por primera vez, es muy factible hacerlo, no necesitamos una hora bajo la lluvia, es solo un instante que cambiará la forma en que vivimos una experiencia lectora, y se preguntarán ¿Cómo leemos en contacto con la lluvia?, la lectura y la naturaleza van enlazadas pero no tienen por qué ser a la vez, después de una salida a un parque, plaza o al campo, donde podemos escuchar el canto de las aves, o caminar a orillas del mar, lago o río con botas de agua, sentir como silba el viento, ver el movimiento de las mareas o ver la luna reflejada en un suave lago, podemos vivir distintas experiencias solo debemos atrevernos y al terminar ese día lo acompañamos de un cuento, ronda o rima, que nos hable de lo que vivimos, la lluvia, el sol, la pera, en fin, de esta forma se creará la conexión que hará de ese día una experiencia inolvidable.
El escritor francés nacido en Marruecos, Daniel Pennac señala, en su decálogo del lector.
Derecho N° 7: “Derecho a leer en cualquier parte”

Coach en Animación Lectora de la Asociación
Andaluza de Bibliotecarios España.
Mediadora de Lectura.
Instagram: https://www.instagram.com/carla_cuentacuentos/